Tras un extenso periodo de continuas extensiones al proceso de formalización, el Minem anuncia la suspensión definitiva del REINFO, enfocándose ahora en impulsar la formalización de aquellos mineros artesanales que ya han iniciado el proceso.
Si bien la Comisión Permanente del Congreso debatió la propuesta de extender el periodo de inscripción en el REINFO por 90 días calendario, el Minem destaca que no habrá más plazos para incorporar a los mineros informales en dicho sistema.
El dictamen, que refleja las observaciones previas del Minem, exigía a los mineros en proceso de formalización cumplir requisitos como obtener el permiso del propietario del terreno, un título de concesión minera y un instrumento de gestión ambiental aprobado.
Henry Luna, viceministro de Minas, argumenta que después de diez años de su implementación en 2013, es momento de suspender indefinidamente el REINFO. Señala que de las 83,000 declaraciones de compromiso, solo alrededor de 20,000 han completado los trámites para formalizar su actividad durante esta década.
Luna destaca la falta de interés general en la formalización y la considera un tiempo demasiado largo. Con aproximadamente 1,000 unidades mineras entre la mediana y gran minería a nivel nacional, añadir 20,000 unidades nuevas de pequeña minería y artesanal se percibe como un número elevado.
Esta decisión también afecta a un grupo reducido de inscritos en el registro que operan en áreas naturales protegidas y zonas arqueológicas, así como en áreas donde operan empresas formales con autorizaciones.
El siguiente paso, según Luna, es que el Estado se enfoque en formalizar a los mineros artesanales que han iniciado trámites a través del REINFO. Destaca la necesidad de dialogar con las organizaciones que agrupan a estos mineros en proceso de formalización.
Luna plantea un proceso de formalización que mejore las condiciones de vida, salud e infraestructura básica en los campamentos de los centros mineros artesanales ya formalizados. Cita el ejemplo de Ananea en la región Puno, donde los desagües en las calles y las condiciones de vida son infrahumanas, como una muestra de lo que se debe mejorar en las operaciones mineras artesanales.