Las complicaciones burocráticas y los conflictos sociales podrían poner en peligro inversiones mineras valoradas en US$ 5.829 millones para el periodo 2023-2026. Esto afectaría a diez proyectos mineros nuevos y en expansión, como San Gabriel, Magistral, Romina, Reposición Antamina y Corani, entre otros, según advierte el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Desde la organización, consideran que la lentitud en los procesos y trámites de aprobación gubernamentales está obstaculizando la evolución de la industria minera. Óscar Chávez, jefe del Iedep de la CCL, destaca que países como Canadá, Australia y Chile son significativamente más eficientes en la concesión de estos permisos.
Los largos plazos para obtener permisos, como los de explotación temprana, que pueden demorar hasta año y medio en Perú, están afectando el atractivo de la inversión en la industria minera, especialmente en un momento en que los precios de los minerales están al alza, sostuvo Chávez.
En el caso de la mina Inmaculada, en Ayacucho, se solicita extender su vida útil hasta 2041, a través de una segunda Modificatoria de Estudio de Impacto Ambiental (MEIA), con una inversión estimada de US$ 4.436 millones.
Entre los proyectos mineros que esperan su expansión se encuentran las minas Santa María y Shouxin, que se completarían este año, y la de Toromocho, que concluiría en 2024. Además, se prevé que los proyectos mineros Magistral, Romina, Reposición Antamina y Corani comenzarán su construcción este año, mientras que solo dos proyectos, Yanacocha Sulfuros y Zafranal, comenzarán en 2024.
Sin embargo, las proyecciones de inversión se han reducido respecto a las expectativas de hace algunos años debido al incremento de proyectos cancelados o postergados, señaló Chávez. Desde 2018, se han cancelado alrededor de 15 proyectos mineros y se han pospuesto varios más.
Las demoras burocráticas, junto con los conflictos sociales y las protestas antimineras, han reducido la competitividad de Perú en cuanto a inversiones mineras. Esto pone en riesgo la posición de Perú como segundo productor mundial de cobre, especialmente considerando la creciente inversión en la República Democrática del Congo y su concesión de la mina Kamoa-Kalula.
«Si Perú no implementa medidas efectivas para incentivar las inversiones mineras, es muy probable que sigamos perdiendo terreno en el mercado mundial. Aún estamos a tiempo de actuar», concluyó Óscar Chávez.