Edgardo Orderique, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), resalta la política de contratación de mano de obra local por parte de las compañías mineras. Estas empresas buscan brindar oportunidades laborales tanto a estudiantes en prácticas como a graduados, reconociendo el valor de la minería como motor de crecimiento para las comunidades. Orderique menciona que algunas empresas tienen hasta un 60% de comuneros trabajando en su planilla, lo que muestra su compromiso con la población local.
Sin embargo, el director del IIMP también señala que, a pesar de la voluntad de las empresas, no siempre hay espacio para que todos los comuneros se unan a la fuerza laboral minera debido a las limitaciones de capacidad. La industria minera es consciente de la importancia de capacitar adecuadamente a los empleados antes de que puedan desempeñar sus funciones en un entorno que exige altos estándares de salud y seguridad.
En este sentido, el sector minero se ha comprometido a ofrecer capacitación en habilidades técnicas y blandas para garantizar que los colaboradores estén preparados para sus roles en la mina, la planta o cualquier otra área designada. Esta inversión en desarrollo profesional es fundamental para que las comunidades locales se beneficien plenamente de las oportunidades laborales generadas por la minería.
Además de proporcionar empleo, las comunidades rurales han asumido un papel cada vez más importante en la cadena de valor de la minería. Según Edgardo Orderique, durante su experiencia como gerente general de Antapaccay y Las Bambas en Cusco y Apurímac, observó cómo las comunidades campesinas se han involucrado en emprendimientos y actividades relacionadas con la minería. Esto incluye la conservación de edificaciones, la limpieza de habitaciones, y la provisión de servicios de alimentación y alojamiento para las operaciones mineras.
A lo largo de los últimos veinte años, estas comunidades han adquirido un mayor nivel de especialización y responsabilidad en la industria. Han asumido roles clave, como el transporte de concentrados, el mantenimiento de equipos de minado y la operación de plantas concentradoras. Un ejemplo cercano es el de FH Ingenieros, una empresa comunal que se desarrolló en colaboración con Las Bambas y se especializa en mantenimiento, fabricación, ingeniería e infraestructura. Esta empresa, con centros de operación en Arequipa y Apurímac, es un testimonio del crecimiento y desarrollo de las comunidades rurales en la industria minera del Perú.
