En el contexto de un creciente consenso social y político, Southern Copper Corp anticipa el inicio del ambicioso proyecto Tía María en Arequipa como un hito en la reactivación de iniciativas de gran escala en el país. Con todos los permisos en regla, el proyecto promete redefinir el panorama minero y económico regional.

Con un optimismo renovado y señales prometedoras de un consenso emergente, Southern Copper Corporation proyecta que el arranque del proyecto Tía María no solo representaría un avance significativo en la región de Arequipa, sino también una potente indicación del reavivamiento de los proyectos de inversión en el territorio peruano. Raúl Jacob, vicepresidente de Finanzas y director financiero de la empresa, en una entrevista exclusiva con Rumbo Minero, comunicó que el proyecto de cobre, tasado en US$ 1,400 millones, está preparado para despegar con todos los permisos necesarios ya asegurados.

Jacob expresó que, más allá de las ventajas económicas y el bienestar social, la puesta en marcha de Tía María podría influir positivamente en el ambiente de inversiones, especialmente en un periodo donde se observa una declinación en el Producto Bruto Interno (PBI) del país. El financiero destaca que Southern Copper cuenta con la solvencia necesaria para comenzar de inmediato, respaldada por la buena voluntad tanto de la comunidad en Islay como del gobierno regional, quienes muestran una actitud favorable.

El proyecto minero, que ha experimentado un estancamiento de más de una década, espera el consenso entre todas las partes para proceder. «Nuestra empresa está lista y dispuesta, con todos los recursos a mano para avanzar en este proyecto», reafirmó Jacob, haciendo énfasis en la necesidad de un acuerdo conjunto para la apertura y preparación preliminar de la mina.

En el marco de las inquietudes sociales relacionadas con los proyectos mineros en espera, Jacob recalca la importancia del impacto positivo que tales iniciativas pueden tener en Perú. A pesar de que las inversiones mineras experimentan un descenso cercano al 20% en sus operaciones, la producción ha logrado recuperarse en comparación con el año 2022. Jacob subrayó las adversidades enfrentadas por minas prominentes el año anterior y cómo la operatividad plena de Quellaveco ha contribuido a un rebote en la producción, aunque paralelamente se percibe una disminución en inversión, un aspecto que podría revertirse rápidamente con las condiciones adecuadas.

Para fortalecer la producción minera, Jacob propuso al gobierno peruano considerar elevar el límite operativo en las plantas mineras, sugiriendo que un aumento de 5% a 10% o 15% en la capacidad permitida podría generar inversiones menores que, a su vez, elevarían la producción significativamente.

Jacob concluye instando a la simplificación de procesos a través de la implementación de una ventanilla única que no disminuya los estándares ambientales, sino que coordine de manera eficiente y previsible los trámites, ofreciendo a las empresas una mayor claridad y conformidad con los plazos establecidos por la legislación. Con esta mejora en la gestión de permisos, el proyecto Tía María podría encabezar una nueva era de desarrollo minero y económico en el Perú.