En un contexto donde la pobreza monetaria en el Perú ha aumentado de 27.5% en 2022 a 29% en 2023, dejando un total de más de nueve millones de peruanos en condición de pobreza y casi dos millones en pobreza extrema, la minería responsable y sostenible se presenta como una oportunidad viable para revertir estas cifras y contribuir al desarrollo económico y social del país.

Para José Antonio La Rosa, director de la firma Supera, cuando la minería se desarrolla de manera responsable y sostenible ofrece una gran oportunidad para generar empleo, impulsar el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables. Según el experto, el superciclo de precios de los metales entre 2003 y 2011 evidenció el impacto positivo de la minería en la economía peruana. Proyectos de gran envergadura como Las Bambas, Toromocho, Ampliación de Cerro Verde y Ampliación de Antamina, que recibieron inversiones por un total de 15,400 millones de dólares, impulsaron la producción metálica entre 2008 y 2015.

“Hoy más que nunca el Ministerio de Energía y Minas tiene la imperiosa necesidad de impulsar la cartera de 46 proyectos mineros, con inversiones por 30,000 millones de dólares entre los que destacan Tía María y Conga y que tienen el potencial de reducir la pobreza monetaria en el Perú. Su puesta en marcha podría sacar de la pobreza a alrededor de 3 millones de peruanos”, sentenció La Rosa.

Futuro prometedor

Un informe reciente del Instituto Peruano de Economía (IPE) señala que la ejecución de la cartera minera anunciada para el 2024 podría reducir la pobreza en el país hasta 21.8%. De igual manera, se proyecta que 15 proyectos programados para entrar en marcha hacia el 2025 atraerán inversiones por 16,000 millones de dólares.

En ese sentido, La Rosa señaló que la ejecución de estos proyectos no solo genera inversión, sino también empleo y eleva los ingresos fiscales. Estos recursos, a su vez, pueden ser destinados a mejorar la educación, salud, infraestructura y otros sectores clave para la reducción de la pobreza.

“Proyectos como Mina Justa y Quellaveco, que han contribuido a reactivar la economía en los últimos años, lo demuestran. Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), los empleos mineros directos han superado en un 15% los niveles del 2019, generando más de 116,000 puestos de trabajo adicionales en los últimos dos años. En ese sentido, considerando los efectos multiplicadores de la minería, se estima que esta actividad ha contribuido a la generación de más de 1 millón de empleos en total desde el 2019”, sostuvo el director de Supera.

Claves para un crecimiento sostenible

José Antonio La Rosa destacó que para lograr una reducción consistente de la pobreza en el Perú es necesario que la economía alcance un crecimiento del 4% anual. El avance en la ejecución de la cartera de proyectos mineros, junto con medidas como la reducción de la burocracia, la prevención de la conflictividad social, el combate a la minería ilegal y la inseguridad, y la garantía del uso efectivo de los impuestos mineros, son claves para alcanzar este objetivo.

La minería ha sido una de las actividades económicas más relevantes en el Perú, país que se sitúa como uno de los principales productores mundiales de cobre, plata, oro y zinc. Esta actividad no solo contribuye significativamente al PIB nacional, sino que también tiene un efecto multiplicador en otras áreas de la economía, generando empleo indirecto en sectores como la construcción, transporte y servicios.

“La minería, desarrollada de manera responsable y sostenible, puede ser un poderoso aliado en la lucha contra la pobreza en el Perú. Es momento de aprovechar su potencial para construir un futuro más próspero para todos los peruanos. La minería, junto con un marco institucional adecuado, puede ser la llave para sacar a millones de peruanos de la pobreza y construir un país más justo y equitativo”, finalizó La Rosa.

Impacto regional

Las regiones mineras del Perú, como Cajamarca, Arequipa y Áncash, han visto cómo la minería ha transformado sus economías locales. Sin embargo, también enfrentan desafíos significativos, incluyendo la necesidad de gestión ambiental adecuada y la integración social de las comunidades afectadas. En muchos casos, la infraestructura y los servicios básicos en estas áreas han mejorado gracias a los ingresos fiscales generados por la minería.

El desarrollo minero, cuando se gestiona de forma responsable y en coordinación con las comunidades locales, puede ofrecer oportunidades para diversificar la economía regional, promoviendo actividades como el turismo y la agricultura, que pueden beneficiar a largo plazo a estas zonas.

La sostenibilidad de la minería es esencial para asegurar que sus beneficios económicos se mantengan a largo plazo y que las comunidades puedan disfrutar de una mejor calidad de vida sin comprometer el medio ambiente. La implementación de tecnologías limpias y prácticas de minería responsable es vital para lograr este equilibrio.

En resumen, la minería responsable y sostenible se presenta como una oportunidad crucial para reducir la pobreza en Perú y generar un desarrollo económico inclusivo. La clave está en una gestión adecuada, inversión en proyectos estratégicos y un compromiso firme con el bienestar de todas las comunidades involucradas.